Reconocer el trastorno de pánico
Si la ansiedad causa con frecuencia problemas en la vida cotidiana, en la escuela, en el trabajo o con los amigos y la familia, podría tratarse de un trastorno de pánico.
Los ataques de pánico son como "falsas alarmas" en las que los instintos de supervivencia de lucha o huida de nuestro cuerpo se activan con demasiada frecuencia, demasiada intensidad o una combinación de ambas. Por ejemplo, una persona con trastorno de pánico puede sentir que su corazón late con fuerza y suponer que está sufriendo un infarto. Esto puede conducir a un círculo vicioso, en el que el miedo a sufrir un ataque de pánico se vuelve lo suficientemente fuerte como para desencadenar un ataque, aparentemente de la nada.
¿Qué es el trastorno de pánico?
Las personas con trastorno de pánico sufren ataques de pánico frecuentes e inesperados caracterizados por una oleada repentina de miedo o malestar o una sensación de pérdida de control, incluso cuando no hay un peligro o desencadenante claro.
Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento, tan frecuentemente como varias veces al día, o tan raramente como unas pocas veces al año. Muchas personas con trastorno de pánico se preocupan por la posibilidad de sufrir otro ataque y pueden cambiar significativamente su vida para evitarlo.
No todas las personas que sufren un ataque de pánico desarrollan un trastorno de pánico. Suele empezar al final de la adolescencia o al principio de la edad adulta. Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de desarrollar un trastorno de pánico.
Los síntomas incluyen:
Ataques de pánico repetidos y abrumadores
Sentirse fuera de control o temer la muerte durante un ataque
Preocupación constante por futuros ataques
Evitar los lugares donde se han producido atentados
Síntomas físicos: corazón acelerado, sudoración, escalofríos, temblores, dificultad para respirar, mareos, entumecimiento, dolor de pecho/estómago, náuseas.
Hable con su médico
El primer paso para un tratamiento eficaz es obtener un diagnóstico. Cuando se experimentan síntomas de trastorno de pánico, hay que empezar con un médico de familia, que puede realizar un examen físico para asegurarse de que un problema físico no relacionado no está causando los síntomas. Si no es así, puede remitir al paciente a un profesional de la salud mental, como un psiquiatra, un psicólogo o un trabajador social clínico.
El trastorno de pánico suele tratarse con psicoterapia, medicación o ambas. Ambos pueden tardar algún tiempo en funcionar. Algunas personas pueden necesitar probar más de un medicamento antes de encontrar la combinación que mejor les funcione.
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