Navegar por la depresión


Todos pasamos por periodos de tristeza a lo largo de nuestra vida, pero cuando estas emociones empiezan a interferir en la vida cotidiana, puede tratarse de un trastorno mental grave que requiere comprensión y atención médica.

 

El trastorno depresivo es uno de los trastornos mentales más frecuentes en Estados Unidos. Afortunadamente, con una detección precoz, un diagnóstico y un plan de tratamiento consistente en medicación, psicoterapia y opciones de estilo de vida saludable, muchas personas pueden mejorar y, de hecho, mejoran.

Alrededor de 21 millones de adultos estadounidenses -el 8,4% de la población- sufrieron al menos un episodio depresivo grave en 2020. Algunos solo experimentarán un episodio depresivo en su vida, pero para la mayoría, el trastorno depresivo es recurrente. Si no se tratan, los síntomas pueden interrumpir la vida y las relaciones.

La depresión la padecen personas de todas las edades y de todos los orígenes raciales, étnicos y económicos, pero afecta más a unos grupos que a otros. A las mujeres se les diagnostica depresión con más frecuencia que a los hombres. Sin embargo, los hombres pueden ser menos propensos a reconocer, hablar y buscar ayuda para sus sentimientos o problemas emocionales, lo que les expone a un mayor riesgo de no ser diagnosticados o tratados. Los miembros de la comunidad LGBTQIA+ también presentan tasas más elevadas de depresión.

Causas

La depresión puede ser desencadenada por acontecimientos vitales, pero también puede aparecer espontáneamente. He aquí varios factores que pueden contribuir a la depresión:

  • Traumatismos: Experimentar un trauma a una edad temprana puede provocar cambios a largo plazo en la forma en que nuestro cerebro responde al miedo y al estrés. Estos cambios pueden conducir a la depresión.

  • Genética: Los trastornos del estado de ánimo, como la depresión, tienden a ser hereditarios.

  • Circunstancias vitales: El estado civil, los cambios en las relaciones, la situación económica y el lugar de residencia influyen en el desarrollo de la depresión.

  • Otras afecciones médicas: Las personas con antecedentes de trastornos del sueño, enfermedades médicas, dolor crónico, ansiedad y trastorno por déficit de atención con hiperactividad tienen más probabilidades de desarrollar depresión. Algunos síndromes médicos (como el hipotiroidismo) pueden simular un trastorno depresivo. Algunos medicamentos también pueden causar síntomas de depresión.

  • Abuso de drogas y alcohol: Los adultos con un trastorno por consumo de sustancias tienen un riesgo significativamente mayor de experimentar un episodio depresivo mayor. El alcohol puede empeorar los síntomas depresivos.

Signos y síntomas

Se requieren varios síntomas persistentes para diagnosticar una depresión, pero las personas con sólo unos pocos síntomas también pueden beneficiarse del tratamiento. Las personas que experimentan algunos de los siguientes signos y síntomas durante al menos 2 semanas pueden estar sufriendo depresión:

  • Estado de ánimo persistentemente triste, ansioso o "vacío".

  • Sentimientos de desesperanza o pesimismo

  • Sentimientos de irritabilidad, frustración o inquietud

  • Sentimientos de culpa, inutilidad o impotencia

  • Pérdida de interés o placer en aficiones y actividades

  • Disminución de la energía, fatiga o sensación de lentitud

  • Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones.

  • Cambios en los hábitos de sueño.

  • Cambios en el apetito o cambios de peso imprevistos

  • Dolores físicos, cefaleas, calambres u otros problemas sin una causa física clara ni tratamiento.

  • Pensamientos de muerte o suicidio o intentos de suicidio

No todas las personas deprimidas experimentan cada uno de estos síntomas. En algunos casos, los síntomas de salud mental aparecen como problemas físicos. Por ejemplo, corazón acelerado, opresión en el pecho, dolores de cabeza continuos o problemas digestivos. Los hombres suelen acudir más al médico por estos síntomas físicos que por los emocionales.

Tratamiento

La depresión no afecta a dos personas de la misma manera. Por lo tanto, no existe un tratamiento único. Encontrar el tratamiento que mejor funciona puede requerir ensayo y error en estrecha colaboración con el médico.

La depresión suele tratarse con medicación, psicoterapia o una combinación de ambas. Cuanto antes se inicie el tratamiento, más eficaz será.

Medicamentos

Los antidepresivos, así como los estabilizadores del estado de ánimo y los antipsicóticos, se utilizan para tratar la depresión. Estos medicamentos pueden ayudar a cambiar el modo en que el cerebro produce o utiliza determinadas sustancias químicas relacionadas con el estado de ánimo o el estrés. Los antidepresivos tardan entre 4 y 8 semanas en surtir efecto. Trabajar estrechamente con un profesional sanitario ayudará a identificar la mejor combinación para mejorar los síntomas y limitar los efectos secundarios.

A veces, cuando las personas se sienten mejor, dejan de tomar la medicación y los síntomas de la depresión reaparecen. No deje de tomar ningún medicamento antes de hablar con su médico. Ellos pueden ayudar a disminuir la medicación de forma lenta y segura sin provocar síntomas de abstinencia.

Los niños, adolescentes y adultos menores de 25 años pueden experimentar un aumento de pensamientos o comportamientos suicidas cuando toman antidepresivos. La FDA aconseja que se vigile estrechamente a los pacientes de todas las edades que tomen antidepresivos, especialmente durante las primeras semanas de tratamiento o cambios de dosis.

Las personas que estén pensando en tomar un antidepresivo y estén embarazadas, planeen quedarse embarazadas o estén en periodo de lactancia, deben hablar con un profesional sanitario sobre los riesgos potenciales para el feto o el niño lactante y cómo sopesar esos riesgos frente a los beneficios de las opciones de tratamiento disponibles.

Psicoterapia

Una relación abierta y sincera con el terapeuta puede ayudar a mejorar los resultados. La psicoterapia ayuda a las personas con trastorno depresivo enseñándoles nuevas formas de pensar y comportarse que ayudan a cambiar los hábitos que contribuyen a la depresión. Algunos ejemplos son:

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC ) ayuda al paciente a evaluar y cambiar los patrones de pensamiento negativos asociados a la depresión. El objetivo de esta terapia estructurada es reconocer los pensamientos negativos y enseñar estrategias de afrontamiento.

  • La terapia interpersonal se centra en mejorar los problemas en las relaciones y otros cambios en la vida que puedan estar contribuyendo al trastorno depresivo. Los terapeutas enseñan a las personas a evaluar sus interacciones y a mejorar su forma de relacionarse con los demás.

  • La terapia psicodinámica es un enfoque de tratamiento basado en el reconocimiento y la comprensión de pautas negativas de comportamiento y sentimientos que tienen su origen en experiencias pasadas y en el trabajo para resolverlas. Otro componente de esta psicoterapia es la observación de los procesos inconscientes de la persona.

  • La psicoeducación consiste en enseñar a las personas sobre su enfermedad, cómo tratarla y cómo reconocer los signos de recaída. Esto puede ser especialmente útil para los familiares que quieren entender lo que está experimentando su ser querido.

Otros tratamientos

La fototerapia matutina diaria es una opción de tratamiento habitual para las personas con trastorno afectivo estacional. Los dispositivos de fototerapia son mucho más luminosos que la iluminación interior ordinaria y se consideran seguros, excepto para las personas con ciertas enfermedades oculares o que toman medicamentos que aumentan la sensibilidad a la luz solar. Como con todas las intervenciones, se recomienda encarecidamente la evaluación, el tratamiento y el seguimiento por parte de un profesional sanitario.

Autocuidado

Es importante aprender todo lo posible sobre esta enfermedad y las numerosas opciones de tratamiento disponibles. Ayuda al paciente a identificar las señales de alarma y los desencadenantes que agravan los síntomas de la depresión. No tenga miedo de pedir ayuda a sus amigos y familiares: pueden ayudarle a controlar los síntomas y el comportamiento. El paciente y los miembros de su familia deben saber cómo ponerse en contacto con la línea directa de crisis de su comunidad o con el centro de urgencias sin cita previa.

Compartir los descubrimientos con un profesional sanitario les ayudará a apoyar la recuperación, incluidas las reacciones a los medicamentos, los nuevos síntomas o los desencadenantes.

La conexión con otras personas a través de tablones de anuncios en línea, programas de educación entre iguales o grupos de apoyo brinda a los participantes la oportunidad de compartir experiencias y estrategias de afrontamiento. Los grupos de apoyo pueden estar dirigidos a la persona que padece una enfermedad mental, a sus familiares o amigos, o a una combinación de ambos. Algunos grupos de apoyo están dirigidos por profesionales de la salud mental, pero también pueden estar dirigidos por compañeros.

Llevar un estilo de vida equilibrado ayuda a controlar los síntomas de la depresión. He aquí algunas cosas que pueden atenuar su impacto.

  • Actividad física. Sólo 30 minutos al día de paseo pueden mejorar tu estado de ánimo.

  • Intente acostarse y levantarse a la misma hora.

  • Come bien y haz ejercicio. Actividades como la meditación, el yoga o el Tai Chi también pueden aliviar el estrés.

  • Divida las tareas grandes en pequeñas. Decide qué hay que hacer y qué puede esperar.

  • Intente conectar con la gente. Habla con personas de confianza sobre retos, síntomas y decisiones.

  • Está bien retrasar decisiones importantes, como casarse o divorciarse, o cambiar de trabajo hasta sentirse mejor.

  • Evite consumir alcohol, nicotina, drogas o medicamentos no recetados. El consumo de alcohol o drogas puede parecer una ayuda, pero a largo plazo puede dificultar la recuperación y empeorar los síntomas.


 

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