Diagnóstico y control del TOC
Aunque las personas con TOC pueden saber que sus pensamientos y comportamientos no siempre tienen sentido, a menudo son incapaces de detenerlos.
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno frecuente, crónico y duradero en el que una persona tiene pensamientos y/o comportamientos incontrolables y recurrentes que se siente obligada a repetir una y otra vez.
Este trastorno afecta a personas de todas las edades. Los síntomas suelen comenzar durante la infancia. A la mayoría de las personas se les diagnostica alrededor de los 19 años, normalmente con una edad de inicio más temprana en los chicos que en las chicas, pero también puede aparecer después de los 35 años.
Se desconoce la causa exacta, pero los investigadores creen que la responsable es la actividad de varias partes del cerebro. Más concretamente, es posible que estas zonas del cerebro no respondan normalmente a la serotonina, una sustancia química que algunas células nerviosas utilizan para comunicarse entre sí.
Se desconocen las causas del trastorno obsesivo-compulsivo, pero los factores de riesgo y las causas contribuyentes incluyen:
- Genética: Las personas con un padre, hermano o hijo diagnosticado de TOC tienen un mayor riesgo de desarrollarlo ellas mismas. El riesgo es mayor si el familiar desarrolló este trastorno de niño o adolescente.
- Estructura y funcionamiento del cerebro: Los estudios de imagen han mostrado diferencias en la corteza frontal del cerebro y en las estructuras subcorticales en pacientes con TOC.
- Entorno: En algunos estudios se ha descrito una asociación entre los traumas infantiles y los síntomas del TOC.
Síntomas
Las personas con trastorno obsesivo-compulsivo pueden tener síntomas de obsesiones, compulsiones o ambos. La intensidad de estos síntomas puede interferir en todos los aspectos de la vida, como el trabajo, los estudios y las relaciones personales.
Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes mentales repetidos que provocan ansiedad. Estos pensamientos e impulsos son perturbadores, por lo que las personas intentan ignorarlos o reprimirlos. Los síntomas más comunes son:
Miedo a los gérmenes o a la contaminación
Pensamientos no deseados, prohibidos o tabú relacionados con el sexo, la religión o el daño.
Pensamientos agresivos hacia los demás o hacia uno mismo
Necesidad de que las cosas sean simétricas o estén en perfecto orden.
Algunos ejemplos de obsesiones son:
Pensamientos sobre dañar o haber dañado a alguien
Dudas sobre si se ha hecho algo bien, como apagar la cocina o cerrar una puerta.
Imágenes sexuales desagradables
Miedo a decir o gritar cosas inapropiadas en público
Las compulsiones son comportamientos repetitivos que una persona con TOC siente el impulso de realizar en respuesta a un pensamiento obsesivo. Las compulsiones más comunes son:
Limpieza y/o lavado de manos excesivos
Ordenar y disponer las cosas de una manera particular y precisa
Comprobación repetida de las cosas
Conteo compulsivo
No todos los rituales o hábitos son compulsiones. Todo el mundo comprueba las cosas dos veces a veces. Pero una persona con TOC generalmente:
No pueden controlar sus pensamientos o comportamientos, incluso cuando esos pensamientos o comportamientos se reconocen como excesivos.
Dedica al menos 1 hora al día a estos pensamientos o comportamientos
No siente placer al realizar las conductas o rituales, pero puede sentir un breve alivio de la ansiedad que le provocan los pensamientos.
Experimenta interrupciones significativas en su vida diaria debido a estos pensamientos o comportamientos.
Los síntomas pueden aparecer y desaparecer, remitir con el tiempo o empeorar. Las personas con TOC pueden intentar ayudarse a sí mismas evitando las situaciones que desencadenan sus obsesiones, o pueden consumir alcohol o drogas para calmarse. Ninguna de las dos tácticas es eficaz. Aunque la mayoría de los adultos con TOC reconocen que lo que hacen no tiene sentido, algunos adultos y la mayoría de los niños pueden no darse cuenta de que su comportamiento es fuera de lo normal. Los padres o profesores suelen reconocer los síntomas del TOC en los niños.
Tratamiento
El primer paso puede ser una visita a su médico de cabecera. Se recomienda un examen físico general con análisis de sangre para asegurarse de que los síntomas no están causados por drogas ilícitas, medicamentos, otra enfermedad mental o una afección médica general.
El trastorno obsesivo-compulsivo no puede curarse, pero puede tratarse eficazmente con medicación, psicoterapia o una combinación de ambas.
Medicación
Si le recetan un medicamento, hable con su médico o farmacéutico para asegurarse de que comprende los riesgos y beneficios. No todo el mundo quiere tomar medicamentos nuevos. Es el momento de hacer preguntas.
Si la medicación le está causando efectos secundarios, hable con su médico antes de hacer cualquier cambio. La interrupción repentina de un medicamento puede provocar la reaparición o el empeoramiento de los síntomas. También son posibles otros efectos de abstinencia molestos o potencialmente peligrosos. Informe inmediatamente a su médico de cualquier efecto secundario que le preocupe.
Los antidepresivos son el tipo de medicación más utilizado para tratar el TOC.
Los inhibidores de la recaptación de serotonina (ISR) se utilizan para ayudar a reducir las obsesiones y compulsiones. Esta medicación puede tardar entre 8 y 12 semanas en empezar a hacer efecto.
Los antipsicóticos pueden beneficiar a los pacientes si otros medicamentos no mejoran los síntomas. Las investigaciones sobre su eficacia son contradictorias.
Psicoterapia
La terapia conversacional puede ayudar a aliviar las obsesiones y compulsiones en adultos y niños. Mientras que la medicina puede actuar directamente sobre el cerebro, se cree que estas terapias ayudan a reeducar al cerebro para que reconozca las "falsas amenazas":
La terapia de exposición y respuesta expone a la persona a la causa de su ansiedad. Por ejemplo, un médico o terapeuta puede pedir a una persona con miedo a los gérmenes que ponga la mano en algo considerado sucio, como el pomo de una puerta. Después, se abstendrá de lavarse las manos. El lapso de tiempo entre tocar el pomo y lavarse las manos se hace cada vez más largo. Al final, cuando la persona se da cuenta de que no lavarse inmediatamente no provoca una reacción mortal, la compulsión a lavarse desaparece.
La terapia cognitivo-conductual se centra en los pensamientos que causan angustia. Aprender a reconocerlos, con la práctica, puede disminuir gradualmente la intensidad de esos pensamientos y el comportamiento que provocan.
Para muchos, la combinación de medicamentos y terapia es el enfoque más eficaz.
Ayudarse a sí mismo
El trastorno obsesivo-compulsivo puede dificultar el trabajo, los estudios, las relaciones y otros aspectos de la vida. Reducir el estrés, comer bien y evitar las situaciones que desencadenan obsesiones y compulsiones puede ayudarle a sentirse mejor. Algunas formas de ayudarse a sí mismo son
Infórmese. Aprender sobre tu enfermedad puede darte fuerzas y motivarte para seguir tu plan de tratamiento.
Únete a un grupo de apoyo. Los grupos de apoyo pueden ayudarte a ponerte en contacto con otras personas que afrontan retos similares.
Céntrate en tus objetivos. La recuperación es un proceso continuo. Mantente motivado sin perder de vista tus objetivos.
Mantente ocupado. Con estos trastornos, es fácil quedarse completamente absorto en una actividad o pensamiento. Intenta mantenerte ocupado con el trabajo, las aficiones, el ejercicio físico u otras actividades. Centrarse en otras tareas ayuda a mantener la mente alejada de las obsesiones y compulsiones.
Encuentra salidas saludables. Comer sano y dormir lo suficiente ayudarán a cualquier plan de tratamiento. Evita las drogas y el alcohol: aunque puedan reducir temporalmente los síntomas, pueden hacer que te sientas peor con el tiempo.
El ejercicio aeróbico puede mejorar la calidad de vida de las personas con TOC al reducir de forma natural sus niveles de ansiedad.
Conozca sus desencadenantes. Comprenda y, si es necesario, evite las situaciones que sabe que le provocan síntomas. Si no puede evitar algo, pida a su profesional de salud mental que le ayude a desarrollar habilidades de afrontamiento para hacer frente a cualquier situación desencadenante.
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