Celebre los progresos por pequeños que sean
El progreso rara vez se produce en grandes y llamativos momentos. Suele producirse en pequeños pasos incrementales que a menudo son sutiles e insignificantes. Pero la suma de todas esas pequeñas victorias puede mostrar un crecimiento y unos logros extraordinarios. Si no tomas nota, puedes perderte los fuegos artificiales.
Aplaudir esos pequeños pasos tiene sus ventajas. En primer lugar, provoca una liberación de dopamina en el cerebro. La dopamina puede afectar al estado de ánimo y la motivación. Así que, naturalmente, si haces algo que te hace sentir más positivo, te inspirará a hacer más.
Pero lo más valioso es que hace que los objetivos que te propones parezcan más alcanzables. Ese nuevo nivel de confianza puede ser emocionante e impulsarte a poner el listón aún más alto.
A menudo oímos a nuestros terapeutas y entrenadores de habilidades hablar de la importancia de ayudar a sus pacientes a ver los progresos que están haciendo, señalando sus pequeños logros y celebrándolos con ellos. Un monitor de habilidades que trabaja con un niño en clase para ayudarle a concentrarse y a aprender las claves sociales puede recompensar algo tan sencillo como establecer un buen contacto visual o permanecer en la tarea durante un tiempo determinado. Un terapeuta puede animar a un paciente adulto que evita ir al dentista por ansiedad cuando da el primer paso y concierta una cita. ¿Considerarían esos pacientes que son logros que hay que celebrar? Probablemente no, pero una vez que empiezan a reconocer las pequeñas victorias, les ayuda a centrarse en lo que pueden hacer, en lugar de en lo que no pueden.
La forma de celebrarlo no tiene por qué significar tarta y confeti. Puede ser tan sencillo como compartir las buenas noticias con un amigo o tomarse un breve descanso y escuchar su canción favorita. Algunos pueden beneficiarse de ver una representación visual de su progreso anotando cada victoria o escribiéndola en un cuaderno.
Puede que estés atento a los progresos de los demás y te apresures a felicitarles, pero lo fundamental es que tú tienes derecho a reconocer tus propios logros, por pequeños que sean, y a tratarte con el respeto que te mereces. Así que haz una reverencia. Toca tu propia bocina. Eso puede prepararte para conseguir aún más victorias en el futuro.
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