Adicción y trastorno por consumo de sustancias


El trastorno por consumo de sustancias es un patrón de consumo de sustancias que conduce a un malestar significativo y a un deterioro del funcionamiento diario. 

 

Las personas que padecen un trastorno por consumo de sustancias pueden ser conscientes de su problema pero no ser capaces de dejarlo aunque quieran. Con el tiempo, desarrollan una tolerancia a la sustancia y necesitan mayores cantidades para sentir los efectos. Esta espiral descendente puede causar problemas físicos y psicológicos, y provocar problemas con familiares, amigos y compañeros de trabajo. En algunos casos, puede conducir a enfermedades graves y a la muerte.

El trastorno por consumo de sustancias puede provocar distorsiones del pensamiento y el comportamiento. El consumo repetido de sustancias puede provocar cambios duraderos en el funcionamiento del cerebro.

Síntomas del trastorno por consumo de sustancias

  • Deterioro del control: ansia o fuerte impulso de consumir la sustancia; deseo o intentos fallidos de reducir o controlar el consumo de la sustancia.

  • Problemas sociales: el consumo de sustancias provoca la incapacidad para realizar tareas importantes en el trabajo, la escuela o el hogar; las actividades sociales, laborales o de ocio se eliminan o disminuyen debido al consumo de sustancias.

  • Consumo de riesgo: la sustancia se utiliza en entornos de riesgo; el consumo continúa a pesar de los problemas conocidos.

  • Efectos de las drogas: tolerancia (necesidad de mayores cantidades para obtener el mismo efecto); síndrome de abstinencia (diferente para cada sustancia).

Tratamiento

El primer paso es reconocer el problema, aunque es habitual que las personas no sean conscientes de los problemas que acarrea su propio consumo de sustancias. Las autoderivaciones no son infrecuentes, pero las intervenciones de amigos y familiares preocupados suelen ser las que llevan a las personas a tratamiento.

Los trastornos por consumo de sustancias afectan a muchos aspectos de la vida de una persona y a menudo requieren múltiples tipos de tratamiento, incluida una combinación de medicación y terapia psicológica. Un enfoque de tratamiento individualizado que aborde la situación específica de cada persona y los problemas médicos, psiquiátricos y sociales concurrentes es óptimo para lograr una recuperación sostenida.

Para algunos, los medicamentos pueden ser útiles para controlar el ansia de consumir drogas, aliviar los síntomas de abstinencia y prevenir las recaídas. La psicoterapia puede ayudar a la persona a elaborar un plan sólido de prevención de recaídas, teniendo en cuenta todos los factores que contribuyen a su consumo y las formas de planificarlo en lugar de dejarse sorprender y caer en los viejos hábitos. También puede abordar los factores clave que contribuyen al consumo de sustancias, como traumas subyacentes, dolor o problemas de salud mental que nunca antes se habían abordado.

¿Qué es el "diagnóstico dual"? Según la Encuesta Nacional sobre el Consumo de Drogas y la Salud, 17 millones de adultos estadounidenses padecían a la vez una enfermedad mental y un trastorno por consumo de sustancias en 2020. Esta combinación de enfermedades se denomina diagnóstico dual.

El mejor tratamiento para el diagnóstico dual es la intervención integrada: tratar al mismo tiempo la enfermedad mental diagnosticada y el trastorno por consumo de sustancias. La idea de que "no puedo tratar tu depresión porque también bebes" es obsoleta; el pensamiento actual exige que se aborden ambos problemas.

Colabore con los profesionales sanitarios para comprender cómo afecta cada enfermedad a la otra y cómo puede ser más eficaz el tratamiento. La planificación del tratamiento no será la misma para todos, pero he aquí algunos elementos comunes:

Desintoxicación El nivel más intensivo de tratamiento se considera la desintoxicación. Dependiendo de la sustancia y del enfoque que adopten el paciente y su proveedor, la desintoxicación puede considerarse necesaria como parte del proceso de recuperación. Durante la desintoxicación hospitalaria, personal médico cualificado vigila a la persona las 24 horas del día, los 7 días de la semana, para garantizar su seguridad.

Rehabilitación hospital aria El siguiente nivel de intensidad en el apoyo al tratamiento es la rehabilitación hospitalaria. Algunos pacientes se benefician del entorno de apoyo y estructurado que proporciona el tratamiento de rehabilitación hospitalaria, donde pueden recibir atención las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Estos centros de tratamiento proporcionan terapia, apoyo, medicación y servicios sanitarios para tratar el trastorno por consumo de sustancias y sus causas subyacentes. 

La psicoterapia suele ser una parte importante de un plan de tratamiento eficaz. Puede administrarse en régimen hospitalario o ambulatorio y con distintos niveles de intensidad y frecuencia. Existen varias modalidades de tratamiento y el paciente trabaja con un clínico cualificado para seleccionar la que mejor se adapte a sus necesidades. 

El apoyo farmacológico como parte del plan de tratamiento puede ayudar a reducir el ansia y controlar los síntomas de abstinencia para que la persona pueda centrarse en la recuperación y reducir el riesgo de recaída o muerte por sobredosis.  

Viviendas de apoyo Los hogares para grupos, o casas de sobriedad, son centros residenciales de tratamiento que pueden ayudar a las personas que acaban de dejar la bebida o que intentan evitar una recaída.

Grupos de autoayuda y apoyo. Enfrentarse a un diagnóstico dual puede suponer un reto y un aislamiento. Los grupos de apoyo permiten a sus miembros compartir frustraciones, celebrar éxitos, encontrar referencias de especialistas, encontrar los mejores recursos comunitarios e intercambiar consejos de recuperación. También proporcionan un espacio para formar amistades sanas llenas de ánimos para mantenerse sobrio.

Ayudar a un amigo o familiar

  • Infórmese sobre el consumo abusivo de alcohol y drogas y la adicción.

  • Habla y ofrece apoyo: habla con la persona sobre cualquier preocupación y ofrécele ayuda, apoyo y la voluntad de acompañarla a buscar ayuda. Como ocurre con otras enfermedades crónicas, cuanto antes se trate la adicción, mejor.

  • Exprese amor y preocupación: no espere a que la persona "toque fondo"; puede responder con excusas, negación o enfado. Prepárate para responder con ejemplos concretos de comportamientos preocupantes.

  • No esperes que la persona deje de consumir sin ayuda. Se necesita tratamiento, apoyo y nuevas habilidades para superar la adicción al alcohol y las drogas.

  • La recuperación es un proceso continuo: Una vez que un amigo o familiar esté recibiendo tratamiento o acudiendo a reuniones, siga participando. Continúe mostrando preocupación por su recuperación exitosa a largo plazo.

Lo que no hay que hacer

  • No sermonees: No sermonees, amenaces, sobornes ni moralices.

  • No se haga el mártir: Evita las apelaciones emocionales que sólo pueden aumentar el sentimiento de culpa y la compulsión a beber o consumir otras drogas.

  • No encubras, mientas ni excuses su comportamiento.

  • No asumas sus responsabilidades: asumir sus responsabilidades les protege de las consecuencias de su comportamiento.

  • Evita discutir con la persona cuando esté consumiendo alcohol o drogas; en ese momento, no puede mantener una conversación racional.

  • No te sientas culpable ni responsable de su comportamiento; no es culpa tuya.

  • No te unas a ellos: no intentes seguirles el ritmo bebiendo o consumiendo.


 

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